LA VENGANZA DE BILLIE EL NIÑO por Abelino Hortiga

Me hacías trucos de magia y yo,
tonto, me los creía.
Así poco a poco, me iba tomando la cena
mientras tú sonreías con el orgullo
de haber mentido con éxito.
Pero se fue en el viento volando mi mentiroso orgullo,
de cuando aprendía tus tonterías y las emulaba brazos en alto
con el recuerdo presente de aquellas mentiras
con las que iba tomando la cena.

¡Mangas fuera señores!
y las cartas sobre el tapete
y el tapete bajo la manga;
un as de copas, uno de oros y otro de bastos:
"¡¡Mentiroso!!, has intentado hacer trampa."
Dijo Billie El Niño volcando la mesa y desenfundando.

Mi padre era jugador y mago:
me hacía trucos de magia y yo,
tonto, me los creía.
Así poco a poco, iba tomando la cena
mientras él sonreía orgulloso
de haber mentido con éxito.
Pero se fue por el suelo rodando su sangre de mentiroso,
su cuerpo viejo de jugador.

Y el camarero levantó las cejas de su vaso de whisky

dijo

"Billy no tiene piedad,
acaba de matar a su padre.
Pues su padre era jugador y mago:
le hacía trucos de magia,
él, tonto, se los creía,
y así poco a poco, le iba agarrando la rabia."

Y aunque aquello tampoco fuera la excusa,
Billie El Niño volvió la cabeza y miró al camero,
lentamente se dirigió hacia él,
levantó los brazos,
las mangas resbalaron dejando la piel al descubierto:
mostrando
el as de espadas en su muñeca.

"¿Te das cuenta?", dijo,
"ahora ya no le ves."

autor: Abelino Hortiga
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